Ejemplos de síntomas preocupantes sobre los que debe hablar con el médico de su hijo:
Bulto o hinchazón inusuales.
Palidez inexplicable o erupción que empeora.
Pérdida de energía sin razón evidente.
Conductas o movimientos inusuales.
Tendencia repentina a sufrir moretones o sangrados con facilidad.
Dolor duradero en cualquier lugar del cuerpo.
Fiebre inexplicable que no cede.
Dolores de cabeza frecuentes, a menudo con vómitos.
Cambios repentinos en los ojos o en la visión.
Pérdida de peso inesperada y rápida.
Tenga en cuenta que es menos probable que un único síntoma por sí solo sea un signo de cáncer infantil. Los niños que reciben un diagnóstico de cáncer, por lo general, tienen muchas combinaciones diferentes de síntomas al mismo tiempo.
¿Qué hacer si su hijo tiene algunos de estos síntomas?
Si su hijo tiene una combinación de estos síntomas, o cualquier síntoma que no desaparece y pareciera empeorar, póngase en contacto con su pediatra para que realice una evaluación exhaustiva. Dependiendo de los hallazgos del médico, quizás sea útil hacer análisis de sangre o estudios de imagen. Su pediatra podrá, además, referir a un hematólogo oncólogo pediátrico para hacer análisis y, posiblemente, diagnosticar un cáncer.
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