La detección precoz o temprana de cáncer permite diagnosticar en etapas iniciales de la enfermedad aumentando las posibilidades de lograr un tratamiento curativo y, potencialmente, disminuyendo la mortalidad.
La detección precoz se realiza a través de los programas de cribado, que ofrecen a la población realizarse una prueba diagnóstica (diferente dependiendo del tipo de cáncer), que detecta precozmente los casos de cáncer en aquellas personas que aún no presentan síntomas pero que ya lo padecen. El objetivo es poder recurrir a tratamientos menos agresivos, aumentar las posibilidades de curación y supervivencia.
Hoy en día los cribados se utilizan para los tres tumores en los que se ha demostrado que el beneficio obtenido compensa a los efectos adversos que puede producir (resultados falso-positivos, sobrediagnósticos, sobretratamientos, resultados falso-negativos, etc.): el cáncer de mama, el cáncer colorrectal y el cáncer de cérvix o cuello de útero.
Estos cribados se han integrado en programas de salud pública que ofrece el Sistema Nacional de Salud y que se realizan en todas las comunidades autónomas. En España, son las Comunidades las responsables de la planificación y realización de estos programas.
La población diana de estos cribados es:
- Cáncer de mama: mujeres de entre 50 y 69 años, a través de una mamografía cada dos años.
- Cáncer de cérvix: mujeres de 35 a 65 años mediante una citología vaginal cada 3-5 años.
- Cáncer colorrectal: hombres y mujeres de entre 50 y 69 años, mediante una prueba de sangre oculta en heces cada dos años.
Este gráfico muestra la evolución del porcentaje de población cubierta por cada programa de cribado desde el 2009 al 2017.
Fuentes:
Salud pública - Consellería de Sanidade - Servizo Galego de Saúde
Detección precoz del cáncer
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